Más adelante voy a escribir un
estudio más académico sobre esta
obra, pero tengo la necesidad de recomendarla de manera urgente. Quiero hablar
de esta novela, porque es una gran novela, porque estoy leyendo otra de un
reconocido y popular escritor argentino que no le llega ni a los talones y no
puedo creer que El fulgor de la niebla,
como otras novelas de Daniel Teobaldi, no tenga el reconocimiento que merece. Tal
vez sea por la humildad de este gran escritor. Cualidad que no sobra entre las
letras.
Pensarán que no puedo ser
objetiva por el cariño que le tengo a Daniel, pero sí que puedo. Porque lo
considero un amigo y sé que a él, como a mí, nos gusta la honestidad. Y voy a
ser honesta, porque sé que Daniel Teobaldi no tomaría a mal una crítica
constructiva. Sin embargo no veo nada que valga la pena reconstruir. No puedo sacarme
esa novela de la cabeza. Es una obra adictiva que cala hondo en la mente y el
alma. Pensé que El final de la noche era
genial (en mi blog pueden ver el estudio que hice sobre ella, muy académico), pero, definitivamente, El fulgor de la niebla es una maestría.
Es una novela de tesis, en la que se puede observar con claridad, sin exceso de
intelectualismo, las lecturas filosóficas y metafísicas que la motivan y atraviesan.
La niebla toma presencia de ese olvido en el que algo resplandece, un recuerdo que
no se deja ver, una realidad que ha de ser completada por lo imaginado mediante
la acción de la memoria y los recuerdos prestados por los otros. Lo fantasmagórico
invade sus páginas. La luz y la oscuridad se diluyen. Podría ser una novela
fantástica, podría ser una novela psicológica y hasta una novela gótica. Es una
obra dónde se observa cómo la realidad y la imaginación son lo mismo para la
mente humana, y ambas son verdaderas.
No quiero caer en Spoiler Alert,
así que, sobre el final, sólo diré que es absolutamente perfecto e inesperado. Muchas
novelas modernas tienden a tener finales sosos, que no generan nada, pero
Daniel Teobaldi se aleja de esto debido a que es un maravilloso cuentista y ha
sabido dotar a sus novelas de este efecto final que logró en sus cuentos.
Siempre digo que las grandes
obras literarias dejan más preguntas que respuestas, y El fulgor de la niebla llena al lector de interrogantes. La
realidad es puesta en duda, la memoria es puesta en duda, el Yo es puesto en
duda, el Otro es puesto en duda, el sentido de la vida es puesto en duda, la
muerte es puesta en duda. La única verdad parece ser la vida como relato, un
relato que merece ser contado.
Pero, a todo esto, ¿de qué se
trata la novela? El protagonista tiene que narrar la vida de Riveri, un
profesor universitario doctorado en física que se encuentra en el ocaso de sus
días. Este personaje le resulta bastante agradable y posee muy buenas
referencias de él a través de su padre, pero poco a poco comienza a descubrir
la oscuridad que yace en la vida de todo ser humano. El encuentro con la
oscuridad de Riveri lo confronta con su propia oscuridad. Es por eso que he
leído la novela como una obra gótica, una gran obra gótica. Y he comprendido el
motivo por el cual Daniel Teobaldi me ha guiado en mi carrera durante más de
cinco años, a pesar de la oscuridad de mi mundo literario.
El fulgor de la niebla es una novela atrapante, llena de suspenso y
muy elevada en su sentido filosófico. De más está hablar del impecable uso del
lenguaje y la metáfora. Nunca tuve dudas del honor que significa que Daniel
Teobaldi sea mi mentor, pero tras leer esta obra, me siento más que agradecida
y espero llegar a estar a su altura.
No queda más decirles que abran
las páginas sin temor. Que se dejen invadir por la niebla, por lo onírico y lo fantasmagórico.
Tal vez la historia te arrastre a tu propia oscuridad, pero no desesperes, el
mundo oculto no es tan malo como lo pintan.