La redención de
los no-muertos: La reconstrucción del mito del vampiro y el nacimiento de un
nuevo héroe en las figuras góticas de Lestat, Spike y Damon
“La gente que
deja de creer en Dios, o en la bondad, sigue creyendo en el demonio. No sé por
qué. No; sé muy bien por qué. El mal siempre es posible. Y la bondad es
eternamente difícil”
Anne Rice
A partir de la Ilustración, el hombre ha
intentado encontrar la explicación de absolutamente todo a través de la
ciencia. Pero, en el proceso, ha dejado espacios vacíos; demostrando así,
irónicamente, que la razón no puede explicar todo.
Las creaturas de la noche nacen para explorar
el lado oscuro del hombre, el lado perverso, el mal que habita oculto en él.
Los vampiros son unas de esas creaturas. Son héroes góticos que han copado el
mundo de las sagas de terror. Pero su figura de ficción ha sufrido diferentes
transformaciones desde su aparición en la reconocida obra de Bram Stoker, Dracula.
Este trabajo se centra particularmente
en la manera en la que el vampiro de ficción abandonó su estadio de creatura
diabólica para convertirse en un héroe gótico, proceso que se ha dado en varios
vampiros, los cuales han hecho a un lado la idea de ser creaturas demoníacas
cambiando de vida. Para esto, se tomará a tres vampiros que, durante el
desarrollo de sus respectivas sagas, se han redimido.
Fotografía de Pablo Gabriel Durán |
La literatura gótica nace durante el
Romanticismo. Dicho movimiento aparece como una respuesta a la Ilustración, una
respuesta rebelde. En un tiempo en el que “la Ilustración, con su pragmatismo,
había escrito en su bandera la previsibilidad y la calculabilidad del mundo” (Safranski, 2009, pág. 51) volvía a despertarse
el gusto por lo extraño. “Leer y escribir prometen la aventura a la vuelta de
la esquina, la pequeña revolución. Deseamos, por supuesto, una vida mejor, en
todo caso, una vida añadida, que prometa sorpresas y maravillas distintas de lo
que encontramos en nuestro mundo corriente” (2009, pág.
51) ,
el gótico entra escena a brindar ese mundo que se añade a la vida cotidiana, un
mundo extraño. El extrañamiento es una de las técnicas preferidas por los
románticos y el gótico es el extrañamiento del Romanticismo llevado al extremo.
Esto permitirá la entrada a lo medieval, junto a lo cual se introducirá el
elemento sobrenatural dando origen al género habitado por los vampiros.
“El
romanticismo significa, en gran medida, una declaración y una adhesión sin freno
a la causa de lo fantástico, pero la novedad consiste en que ahora sus cultores
se basan en cuestiones estéticas y no sociales” (Amícola,
2003, págs. 48-49) ,
en este tipo de fantástico se apela a lo sobrenatural. Los elementos
sobrenaturales propios de la literatura gótica buscan generar terror. Éste está ligado a emociones primitivas, es irracional, por
ello la literatura gótica se construirá sobre esta sensación de temor, que
existe a pesar de la razón.
Porque
aunque la esfera de lo desconocido ha ido reduciéndose a través de los
milenios, […] un vasto residuo de asociaciones poderosísimas sigue aferrándose
a todos los elementos y procesos que antaño eran misteriosos. Naturalmente,
ahora esos fenómenos pueden explicarse perfectamente. Pero más que todo eso,
existe una verdadera fijación fisiológica de los viejos instintos en nuestro
tejido nervioso, que pueden volverse oscuramente operativos aun cuando la mente
consiente se purgue de todas las fuentes de lo maravilloso (Lovecraft, 2009, pág. 453) .
A
esto se debe la existencia de la ficción de terror. En este caso, un terror que
viene del pasado, de aquello que quedó latente de la superstición humana. El
gótico es, ante todo, una mirada hacia el Medioevo.
El término gótico corresponde a
una
denominación no corriente en la época de las grandes catedrales que
acostumbramos a llamar góticas y que fueron levantadas como signo de status […]durante los siglos previos a
la Edad Moderna. En el estilo ‘gótico’, por lo tanto, sobresalía para el Siglo
de las Luces la marca del exceso (Amícola,
2003, pág. 15) .
El
nacimiento del gótico está marcado por el hecho de que “cuando se oscurece el
futuro iluminado, se oye mejor la voz del pasado. Vuelve a gustar lo oscuro, lo
que viene de lejos” (Safranski,
2009, pág. 52) .
La mirada hacia lo medieval, debido a un agotamiento del mundo racional que no
ha podido responder a todos los cuestionamientos humanos, hace que se retomen
las ideas de superstición y religión.
Uno de los motivos que la razón no ha
podido explicar es el Mal. El Mal es el problema fundamental de la religión y
la superstición, será aquello que aterra y atrae al hombre, “el mal no es
ningún concepto; es más bien un nombre para lo amenazador, algo que sale al
paso de la conciencia libre y que ella puede realizar” (Safranski, 2005,
pág. 14) ,
este se torna la piedra angular del gótico. La lucha entre el Bien y el Mal
será una de las principales características del género. A fines del siglo XIX, el
gótico nacerá mostrando creaturas de naturaleza diabólica contra las que el bien
debe luchar. Así serán los primeros vampiros de la literatura, pero muchos de
ellos comenzarían a tomar conciencia y a desear la redención. Ya no serían
perseguidos por los representantes de las fuerzas del bien, sino que iniciaran
su propia batalla contra el mal.
El vampiro hará entonces su aparición en
la novela gótica como representación del mal, entre estas apariciones se
destaca la obra Dracula, en la cual,
el mal se muestra demonizado. “Bram Stoker establece la figura arquetípica del
vampiro con Dracula (1897), que
recopila todas las tradiciones y leyendas sobre el tema” (Giordanino, 2002, pág. 66) . El Conde Vampiro es
una creatura diabólica que representa el mal que debe ser combatido y destruido
con las armas del bien (en el caso de esta novela, la mayoría de las armas
provienen de la Iglesia Católica —crucifijos, ostias consagradas y agua
bendita—), y Van Helsing será aquel encargado de tal batalla. El mal se
encuentra personificado en la figura del Conde Dracula, la cual corresponde con
la imagen del diablo. “El mal se convierte en el diablo, en antidios, que lucha
por el alma del hombre (Safranski,
2005, pág. 27) ”,
de la misma forma que el vampiro seduce al hombre para arrebatarle la sangre.
Según
Safranski, la imagen del diablo personificado se encuentra completamente
formada en el siglo XIII, el diablo
se
presenta como un perro, como un gato negro, como un cuervo y buitre, bajo la
figura humana con pie de macho cabrío, en una nube fétida. A veces va vestido
de negro y tiene figura delgada, otras veces da vueltas como una bola de barro.
Puede volar y entra por la chimenea. Como súcubo yace debajo de los hombres,
impidiéndoles engendrar y alejando de ellos el placer. Como íncubo yace sobre
las mujeres, inyectándoles lascivia […]. El diablo pasa a ser el enemigo de
Dios, pero reclama a su vez la fe en Dios […]. Es el adversario, y tras la
muerte de Dios también desaparecerá de escena (Safranski,
2005, pág. 28) .
No
así el mal. Este seguirá perturbando la vida del hombre. Solamente la religión
y la superstición parecen interesarse en el problema. Pero el hombre aún le
teme a lo diabólico, de modo que el Terror Gótico ha decidido apropiarse de
esta imagen del diablo.
A finales del siglo XX y hasta la
actualidad, el gótico vuelve a cobrar importancia e invade la ficción con un
vampiro renovado, para ilustrar a este nuevo vampiro se tomarán algunos de
ellos. Los tres personajes que se han elegido para este análisis son: Lestat de
la saga Cronicas Vampíricas de Anne Rice, Damon de la saga Diario de Vampiros de L. J. Smith y
Spike de la serie Buffy la caza vampiros creada
por Joss Whedon. En estos personajes podemos apreciar las vestiduras negras
propias del diablo personificado, siempre visten absolutamente de negro y sobre
esto se llama la atención de manera permanente. Los tres son de figura delgada.
Pero lo principal, es que incitan a la lascivia femenina (o masculina). “La
belleza morena y la gracia y la sensualidad de Damon, […] atraían a las mujeres
hacia él como polillas” (Smith, 2008,
pág. 35) .
Puede decirse entonces que estas creaturas se originan en la idea religiosa que
se tenía/tiene del demonio. Una creatura tan tenebrosa como seductora.
En particular, cada uno de estos
personajes tendrán otras similitudes con el diablo arquetípico. Damon se
presenta repetidas veces con forma de cuervo negro, “vio algo oscuro en las
ramas del viejo membrillo que había frente a la casa. Era un cuervo, tan
inmóvil como las hojas teñidas de amarillo de su alrededor. Y era la cosa que
observaba” (Smith, 2008,
pág. 11) .
Puede volar, pero no puede entrar en las casas de los humanos sin ser invitado.
Lestat tiene la capacidad de volar e
introducirse en cualquier hogar sin necesidad de invitación previa. “Poseo una
fuerza monstruosa. Soy capaz de volar y captar una conversación en el otro
extremo de la ciudad, e incluso del globo. Adivino el pensamiento; puedo
hechizar a la gente” (Rice, 2006,
pág. 11) ,
igual que el diablo arquetípico.
Spike, por su parte, no posee grandes
facultades, los vampiros creados por Josh Weddom no tienen más poderes que una
fuerza sobrehumana y una rápida curación. Pero sí son maldad pura, no tienen
alma. Este vampiro en particular posee habilidades de manipulación, es una
creatura muy observadora y sensible, lo cual hace que sea capaz de ver a través
de las personas y revelar sus secretos.
Estas
tres creaturas se consideran a sí mismos personificaciones del mal. Pero el mal
es lo desconocido, el hombre ha intentado darle forma para confrontarlo. Aun
así, éste sigue oculto, aterrorizando al hombre desde dentro.
Lo
desconocido, al igual que impredecible, se convirtió para nuestros antepasados
primitivos en una fuente tremenda y omnipotente de calamidades y de favores que
se dispersaban a la humanidad por unos motivos tan misteriosos como enteramente
extra terrenales, y pertenecientes a unas esferas de cuya existencia nada se
sabía y en la que los seres humanos no tenían ninguna parte (Lovecraft, 2009, pág. 452) .
La literatura de
terror tiene origen en esta mirada hacia el mal, de donde viene y porqué
existe. “Porque el mal está ligado al enigma de un surgimiento, de un
surgimiento no integrado a las simples cosas del mundo” (Gisel, 2004, pág. 13) , es un misterio que
el ser humano intenta resolver.
En la actualidad, según Safranski, “no hace falta recurrir al diablo para entender el
mal. El mal pertenece al drama de la libertad humana. Es el precio de la
libertad” (Safranski,
2005, pág. 13) ,
es decir, existe gracias al libre albedrío. Siempre y cuando nos refiramos al
mal como pecado, pero este se manifiesta en “fenómenos tan diversos como, en
una primera aproximación, el pecado,
el sufrimiento y la muerte” (Ricouer, 2004, pág. 23) . El mito del
vampiro tiene nacimiento en estas tres ideas debido a lo que este ser es:
a peculiar kind of revenant, a dead person who had
returned to life and continued a form of existence through drinking the blood
of the living. In popular thought, the vampire was considered to be ‘undead’,
having completed earthly life but still being tied to that life and not yet
welcome by the realm of the dead[1] (Melton, 1999, pág. 707) .
Es
decir, por un lado, es un ser que ha sufrido la muerte y otorga la muerte.
Además, es un pecador que ha renunciado a la trascendencia del espíritu. El
sufrimiento del vampiro es no poder morir; además, debe ocasionar sufrimiento
bebiendo la sangre de los vivos, la necesidad de sangre es también parte de su
condena.
La escritora Anne Rice fue la primera en
presentar un vampiro con la capacidad de sufrir en su obra Entrevista con el vampiro. La obra narra la historia del vampiro
Louis que, tras ser transformado por Lestat, comienza una dolorosa lucha contra
su propia esencia maldita. Por su parte, Lestat nos es revelado en la novela, a
través de los ojos de Louis, como un desalmado,
para él ser
vampiro significaba venganza. Venganza contra la vida misma. Cada vez que
mataba a alguien presentaba una venganza. No era sorprendente, entonces, que no
apreciara nada. Los placeres de la vida de vampiro no estaban disponibles para
él, porque estaba concentrado en una venganza maniática contra la vida mortal que había abandonado.
Consumido por el odio, miraba hacia atrás. Consumido por la envidia, nada le
agradaba, salvo si podía arrebatárselo a los demás; y, una vez que lo poseía,
se quedaba frío e insatisfecho, sin amor por esa cosa, y entonces partía en
búsqueda de algo más: la venganza, ciega, estéril y despreciable (Rice, 2005, pág. 58) .
Para Louis, Lestat es un ser despiadado,
un depredador, es diabólico. Pero en la posterior entrega de la saga, Lestat se
reivindica a sí mismo.
En
cuanto a las mentiras que cuenta, a los errores y falsedades que comete, debo
perdonarle su exceso de imaginación, su amargura y su vanidad […].
Cuando
dice que yo jugaba con inocentes desconocidos, trabando amistad con ellos para
luego matarlos, ¿cómo iba a saber que yo escogía a mis víctimas casi
exclusivamente entre los tahúres, ladrones y asesinos, que acababa por ser más
fiel de lo que nunca había pensado a mi tácito juramento de sólo hacer mis
presas entre los malhechores? (Rice, 2008,
págs. 461-462) .
El anhelo de Lestat se vuelve, a partir
de encontrarse con el libro narrado por Louis, el ganarse en corazón de la
humanidad convirtiéndose en una estrella de rock, “quise ser un símbolo del mal
en un siglo iluminado en donde el mal […] que soy yo no tiene lugar. Me imaginé
incluso que, de esta forma, haría el bien: jugando a ser el diablo en el
escenario (Rice, 2009,
pág. 11) ”.
Poco a poco, a medida que se avanza en las otras novelas de la saga que
otorgarán voz a Lestat, vamos percibiendo la necesidad de amor extrema que yace
en este vampiro. El problema es que destruye el ser amado o, en el mejor de los
casos, se gana su rencor y desprecio.
El primero en ser destruido es su
amante, Nicolás, a quien convirtió en vampiro y esto fue quitándole la razón y
en medio de un festejo “él se lanzó a las llamas” (Rice, 2008,
pág. 445) .
La segunda es Claudia, que fue convertida por él a una corta edad humana, “la
niña, la antigua niña, mi Claudia, era cenizas” (Rice, 2005,
pág. 340) .
La tercera es la Reina Akasha, madre de todos los vampiros, quien despierta de
un sueño eterno tras escuchar las melodías de Lestat, decide destruir vampiros
y humanos, por lo cual los demás vampiros deben destruirla. El cuerpo de su
amigo David es destruido por su causa, aunque este sobrevive como vampiro en un
cuerpo ajeno. La soledad es lo que más atormenta a Lestat, el mal se le
manifiesta como el sufrimiento de no poder retener al ser amado a su lado, esa
es su condena. “El sufrimiento enfatiza el hecho de ser esencialmente padecido:
nosotros no lo provocamos, él nos afecta” (Ricouer,
2004, pág. 25) .
El pecado de Lestat es la vanidad. Con
la palabra pecado se “designa todo aquello por lo que la acción humana es objeto
de imputación, acusación y reprobación” (Ricouer,
2004, pág. 24) .
Gracias a este, miles de vampiros y otro tanto de hombres (de género masculino)
son destruidos. El pecado de Lestat hace el mal al resto, “el mal cometido por
uno halla su réplica en el mal padecido por el otro” (pág. 26) . Aunque no es
simplemente ese su problema, sino también el hecho de que trae la muerte de los
hombres. Es un asesino. Sin embargo, todo el mal que rodea a este ser, no es
superior al mal que existe en la vida de cualquier hombre.
Por su parte, el vampiro Spike no es tan
moralista como Lestat. Spike es un verdadero asesino despiadado que disfruta de
ser vampiro y se jacta de su maldad. Su pecado es la ira. Su mayor deseo es
matar a La Cazadora. Sin embargo, a pesar de haber sido despojado de un alma
humana, es un vampiro capaz de amar.
Spike se ve impedido de la posibilidad
de hacer el mal físico cuando es privado de la libertad de poder infringirlo
mediante un chip que agentes secretos del gobierno depositan en su cerebro, “RILEY:
The implant works. Hostile 17 [Spike] can't
harm any living creature, in any way, without intense neurological pain[2]”
(Whedon, 2000). La
pérdida de la libertad inicia el sufrimiento de Spike.
A pesar de que este sujeto sea una
creatura demoníaca propia de las primeras literaturas de vampiros, cuyos
poderes provienen del infierno mismo, también alcanza la redención a través del
amor. Buffy, la Cazadora, el eterno objeto de su deseo; claro que en un
principio ese deseo se fundaba en querer otorgarle la muerte, pero se
transforma en un objeto de amor. El amor no correspondido es también para este
vampiro un motivo de sufrimiento.
Damon es un vampiro muy poderoso, como
todos los vampiros del mundo de esta saga a la que pertenece. Sus poderes
consisten en
fuerza [...],
rapidez. Una agudización de los sentidos, en especial de noche […]. También
podemos… percibir mentes. Podemos detectar su presencia, y en ocasiones la
naturaleza de sus pensamientos. Podemos proyectar confusión en mentes débiles
[…]. Con suficiente sangre humana, somos capaces de convertirnos en animales. Y
cuanto más se mata, más fuerte se vuelven todos los Poderes (Smith, 2008, pág. 217) .
Demon se alimenta de sangre humana y
mata a sus víctimas, por ello es más poderoso que su hermano, y se considera a
sí mismo un ser malvado, aunque no se jacta de ello como Spike, se muestra
permanentemente en una actitud sombría. Su pecado es la soberbia, se considera
superior a los humanos y pasa sobre ellos, aterrorizándolos y alimentándose de
su sangre, cada vez que se le antoja. Como un depredador, acecha a la mujer en
la que ha depositado sus ojos, Elena. La misma de la que se ha enamorado su
hermano, Stefan. Damon parece cumplir el rol de hermano malvado, por el cual se
siente satisfecho. Él goza de su condición de vampiro. Stefan intenta llevar la
vida normal de un adolecente humano. Damon no carga con culpas cuando bebe
sangre humana, por su parte, Stefan lo hace.
Pero el sufrimiento de Damon radica
justamente en el hecho de que Elena está enamorada de Stefan. Elena no es la primera
mujer que se interpone entre los hermanos, la vampira que los convirtió, Katherine,
fue también el objeto del deseo de ambos. Pero el odio de Damon es anterior
“—No sé cuando empezó a odiarme Damon— dijo —. Fue siempre así desde que puedo
recordar. Quizás fue porque mi madre jamás se recuperó realmente de mi
nacimiento y murió a los pocos años. Damon la amaba muchísimo, y siempre tuve
la sensación de que me culpaba” (Smith, 2008,
pág. 202) .
Esta imagen que él crea de sí hace que
todo el mundo, ante un acontecimiento negativo, sospeche siempre de él. Por su
parte, no intentará despejar las dudas, mostrándose siempre como un alma fría e
insensible. Pero en cada conflicto demostrará su incapacidad para ver sufrir a
quienes ama, en especial a Elena. Al ser ésta convertida en vampiro, Damon se
alía a su hermano para el beneficio de la muchacha, sin hacer daño a nadie.
Todo vampiro se considera a sí mismo
como una creatura del mal, aún cuando opte por hacer el bien, o no hacer el
mal. El vampiro nunca puede ser parte del mundo humano, allí radica la idea de
considerarse una suerte de demonio. Pero es una creatura mitológica, por lo
tanto posee “la potestad de asumir por partes iguales el costado tenebroso y el
costado luminoso de la condición humana” (Ricouer,
2004, pág. 29) .
Si bien, en un principio fue un demonio, hoy es un héroe.
El vampiro ha descendido a los infiernos
y ha regresado victorioso. Los tres personajes vencen al mal en el infierno, a
su mal interior. “A manera de las tinieblas, el mal no tiene ningún ser propio,
sino que es un defecto del ser, de luz y de bien” (Safranski,
2005, pág. 51) .
Estos vampiros comprobarán en el infierno que no son diabólicos, solamente defectuosos.
Lestat es seducido por el mismo diablo y
llevado de visita al infierno, se le ofrece aliarse a la causa del demonio.
Aterrado ante la propuesta, huye del diablo para volver al mundo totalmente
cambiado. Tras años de encontrarse en un estado de sueño y meditación, Lestat
despierta con una nueva idea en la mente, la de convertirse en Santo. “Deseo
ser santo. Deseo salvar a millones de almas. Deseo hacer el bien en todo el
mundo. ¡Deseo combatir el mal! Deseo ver mi estatua, realizada en tamaño
natural, en todas las iglesias” (Rice, 2005a,
pág. 11) ,
claro que nunca pierde su vanidad.
Spike, debido a su imposibilidad de
hacer el mal a los hombres, sólo puede atacar a demonios para liberar su ira,
se encuentra finalmente trabajando a la par de la Cazadora. Ella cede a sus
encantos, pero no le entrega su amor. Durante la sexta temporada mantienen una
relación basada en el sexo. Pero en el episodio As You Were, Buffy decide terminar tras considerar que lo estaba
usando y eso la dañaba. “I can't love you.
I'm just... being weak, and selfish... and it's killing me. I have to be strong
about this. I'm sorry..., William[3]”
(Whedon, 2002).
Spike no puede aceptarlo y continúa
insistiendo en retomar la relación. Sin embargo, como vampiro no tiene la posibilidad
de controlar sus emociones, simplemente actúa. En ese accionar, en el episodio Seeing red, intenta violar a Buffy. Al
darse cuenta de lo que ha hecho, comienza el peor de sus sufrimientos.
SPIKE: You know, everything always used to be so clear.
Slayer. Vampire. Vampire kills Slayer, sucks her dry, picks his teeth with her
bones. It's always been that way. I've tasted the life of two Slayers. But with
Buffy...It isn't supposed to be this way. It's the chip. Steel and wires and
silicon. It won't let me be a monster. And I can't be a man. I'm nothing[4]
(Whedon, 2002).
Es
así como decide ir en busca de su alma, para convertirse en el hombre que ella se merece. Tras sortear una serie
de pruebas físicas, los demonios le devuelven el alma.
Allí comienza el tormento. Su alma
estuvo en el infierno y sufre por los pecados cometidos, pero lo peor, es que el
alma le ayuda a comprender que Buffy nunca lo amó, sólo jugó con él. “SPIKE: Hey, hey, hey! No touching. Am I flesh? Am I
flesh to you? Feed on flesh. My flesh. Nothing else. Not a spark[5]”
(Whedon, 2003).
El sufrimiento que le otorga su alma
hace que Spike pueda redimirse. Finalmente, se entrega a la muerte por un bien
superior. Destruye la entrada al infierno y se transforma en un héroe. Como
todo héroe, renace. Aparece en Los Angeles en el final del episodio Conviction de la serie Angel (un Spin-off del Buffyverso). A
partir de allí, el vampiro redimido escoge luchar contra el mal.
Damon es un vampiro que sufre en
silencio por su amor no correspondido, pero no parece interferir maliciosamente
hasta que una creatura malvada, un malach,
una especie de parásito, se mete en su cuerpo acentuando su perversidad y
todo sentimiento negativo que en él habite. Este parásito despierta el mal que yace
en él, y lo hace descubrir que no es la creatura diabólica que siempre se
creyó. Asumiendo la responsabilidad por los actos cometidos bajo el influjo del
malach, entre ellos, tender una
trampa a Stefan para que éste acabe en el infierno, decide enmendarlos. Esto lo
llevará a emprender junto a Elena, su amor imposible, y sus amigas, un viaje al
infierno, a un infierno, el Shinoshi.
Allí iniciará su lucha por el bien, defendiendo y protegiendo a los justos que
sufren en aquel mundo siniestro.
Su acto más enaltecedor será el de
renuncia a Elena. Allí está su sufrimiento. Damon sale del infierno acompañando
a Stefan en brazos de la mujer a la que él también ama. Pero un error le otorga
un don inesperado, una rosa negra que una creatura sobrenatural le obsequió a
Stefan le devuelve la vida humana.
Los tres vampiros escogidos para este
trabajo descienden al infierno y de allí vuelven a la vida, redimidos del mal,
es decir, con la libertad de poder elegir el bien. El vampiro es un ser vuelto
a la vida, que ha vencido a la muerte, pero “sólo el nacimiento puede conquistar
la muerte, el nacimiento, no de algo viejo, sino de algo nuevo” (Campbell,
1959, pág. 23) .
El vencer la muerte, para el vampiro, es derrotar el deseo del mal.
El
héroe ha muerto en cuanto a hombre moderno, pero como hombre eterno —perfecto,
no específico, universal— ha vuelto a nacer. Su segunda tarea […] ha de ser […]
volver a nosotros transfigurado y enseñar las lecciones que ha aprendido sobre
la renovación de la vida (Campbell,
1959, pág. 26) ,
ya
sea como santo, como una suerte de superhéroe que lucha contra las fuerzas
oscuras, o como un hombre pleno de sabiduría.
La des-demonización del mal en la
ficción actual intenta demostrar que este proviene del hombre mismo. Esto ha
permitido apartar la idea de diabólico del vampiro y transformarlo en una
víctima de su condición, en un ser sufriente. De la misma manera que el mundo
ha apartado de la naturaleza de las cosas la figura del demonio. El vampiro
redimido es una metáfora que muestra como el mal es simplemente una cuestión
por la que el hombre puede optar para su vida. Gracias al libre albedrío no
existen los condenados. Más allá de la propia naturaleza maldita del ser y el
universo que lo rodea, siempre existe la libertad de elegir o no el mal.
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Smith, L. J. (2008). Despertar.
Buenos Aires: Emecé.
[1] una especie peculiar de
reviviente, una persona muerta que había vuelto a la vida y continuaba su forma
de existencia a través del acto de beber la sangre de los vivos. En la
mentalidad popular, el vampiro era considerado un 'no muerto', que ha
completado la vida terrenal, pero todavía está atado a ella y aún no es
recibido por el reino de los muertos (traducción propia).
[2] RILEY: El implante funciona.
Hostil 17 [Spike] no puede dañar a ninguna criatura viva, de ninguna manera,
sin un dolor neurológico intenso
[3] No te puedo amar. Estoy ...
siendo débil y egoísta ... y eso me está matando. Tengo que ser fuerte sobre
esto. Lo siento ..., William.
[4] SPIKE: Ya sabes, todo siempre
solía estar tan claro. Cazadora. Vampiro. Vampiro mata a Cazadora, la chupa
hasta secarla, limpia sus dientes con sus huesos. Siempre ha sido así. He
probado la vida de dos Cazadoras. Sin embargo, con Buffy ... No se supone que
sea de esta manera. Es el chip. Acero y cables y silicona. No me deja ser un
monstruo. Y no puedo ser un hombre. No soy nada
[5] SPIKE: ¡Hey, hey, hey! No tocar.
¿Soy carne? ¿Soy carne para vos? Se alimentan de carne. Mi carne. Nada más. No
un destello.
TAMBIÈN COMO PASA EN LOS OTROS GENEROS LOS HEROES VAN MUTANDO,LAS MÀQUINAS SE HUMANIZAN, Y LOS VAMPIROS TIENEN LA CAPACIDAD DE AMAR DE REDIMIRSE DE TODO MAL. MUY BUEN TRABAJO PROFE..
ResponderEliminarPARA CUANDO EL ANALISIS DE CREPUSCULO????
BESOS PAOLA LAFURCADA
¡¡Muchas gracias Pao!! Los vampiros de Crepúsculo no me atraen tanto como los de Anne Rice, posiblemente porque son demasiado civilizados e ingenuos para ser vampiros, pero el fenómeno es innegable y seguramente voy a indagar en el tema.
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